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El museo Chillida-Leku se reabrirá al público en abril de este año

El espacio cultural en homenaje al escultor vasco permanece cerrado desde 2011 y solo se podía visitar con cita previa

El museo Chillida-Leku, el imponente espacio artístico al aire libre que acoge más de 40 obras de gran formato del escultor vasco más universal, reabrirá sus puertas en abril de este año tras permanecer cerrado al público desde enero de 2011, cuando la familia del artista decidió el cierre por la crisis económica y la falta de ayudas oficiales. «Estamos francamente encantados ante esta nueva etapa que va a experimentar Chillida-Leku”, afirma Luis Chillida en nombre de los herederos.

La reapertura de Chillida-Leku supone un antes y un después en la vida del museo ubicado en Hernani (Gipuzkoa), donde han seguido celebrándose actividades culturales y recibido visitas durante estos últimos años, aunque de forma restringida y bajo cita previa. El museo que conserva el corpus de obra más amplio y representativo de Chillida, inaugurado en 2000, recuperará la actividad de difundir y mostrar la obra del escultor vasco gracias al acuerdo que sus herederos alcanzaron en diciembre de 2017 con la galería suiza Hauser & Wirth para relanzar este museo de autor.

«El hecho de poner de nuevo en pleno funcionamiento el museo nos ilusiona y estamos seguros de que nuestros padres estarán felices por ello. No nos cabe duda de la gran expectación que despierta la reapertura, y el creciente interés que la obra de Chillida ha tenido irá seguro en aumento a futuro», asegura la familia Chillida en un comunicado hecho público este jueves. Actualmente en Chillida-Leku se están llevando a cabo trabajos de restauración que permitirán acoger a un flujo continuado de visitantes mayor, según informa en la misma nota la sucesión de Eduardo Chillida.

Luis Chillida, uno de los hijos del escultor y director del museo durante la etapa anterior, ha expresado este jueves su «ilusión» y «satisfacción» por poder anunciar la reapertura del espacio cultural el día en que se conmemora el 95 aniversario del nacimiento de su padre. «Estamos muy contentos e ilusionados por el futuro de Chillida-Leku. Este nuevo impulso va a significar un hito», ha reconocido.

El museo afrontará esta nueva fase a partir de abril «con la misma filosofía» que caracterizó a Chillida-Leku hasta 2010, asegura Luis Chillida, aunque «se abrirá a otro tipo de propuestas y actividades, como exposiciones de artistas contemporáneos» de Eduardo, así como «préstamos de prestigiosas colecciones privadas».

Para emprender estas obras de renovación, el museo cuenta con la complicidad y apoyo de las distintas administraciones públicas del País Vasco. Asimismo, la galería de arte Hauser & Wirth, que ha asumido la representación de la familia desde finales de 2017, está trabajando en estrecha colaboración con esta para salvaguardar su legado, gracias a su experiencia de más de 26 años en el sector. Hauser & Wirth es una de las más importantes galerías de arte contemporáneo del mundo, con sedes en Zúrich, Nueva York, Londres, Somerset y Los Ángeles. Representa a artistas como Louise Bourgeois, Paul McCarthy o Philip Guston.

No han trascendido aún los detalles de la operación que acordaron en su día la familia y los responsables de la galería suiza. Esta entidad privada llegó como un salvavidas para lograr la continuidad de Chillida-Leku, que en 2010 tuvo que echar la persiana ahogada por las pérdidas económicas. El museo llegó a recibir una media de 80.000 visitas durante el primer año de actividad, pero la afluencia de público fue cayendo hasta quedarse en unos 60.000 cuando decidió su cierre en 2010, lo que provocó un ERE para los 23 trabajadores del museo. Una media de 8.000 personas han podido disfrutar de este enclave natural y artístico de 13 hectáreas de extensión durante los años en que ha estado cerrado al público en general.

Durante este periodo de ocho años sin actividad, la familia Chillida ha tratado de acordar con las instituciones vascas un modelo de gestión que permitiera su reapertura, pero todos los intentos se fueron al traste. Un informe encargado en 2014 por el Gobierno vaso a la empresa Lord Cultural Resources determinó que Chillida-Leku tendría asegurada su viabilidad económica con una aportación pública anual de 392.226 euros.

En julio de 2017, los Chillida y las instituciones vascas estuvieron a punto de alumbrar un acuerdo. Gobierno vasco y la Diputación de Gipuzkoa se comprometían a abonar 50 millones de euros cada uno en un periodo de 20 años para la adquisición del museo, pero la institución foral, en manos del PNV, decidió echarse atrás en el último momento e hizo fracasar el proyecto. Ese fue el detonante que llevó a la familia del escultor a buscar un aliado en la iniciativa privada para volver a darle vida al museo.

La nueva etapa de Chillida-Leku estará dirigida por Mireia Massagué, que asume esta responsabilidad tras haber sido directora del Gaudí Exhibition Center y haber trabajado previamente en el Teatre Nacional de Cataluña. Massagué lleva trabajando en Chillida-Leku desde octubre del año pasado y su labor al frente del museo guipuzcoano se realizará en estrecha colaboración con la familia Chillida, que sigue ostentando la propiedad y controla la gestión del museo.

Renovación parcial

El nuevo equipo de directivo tratará de transformar Chillida-Leku en «un lugar de encuentro internacional», con la «complicidad del territorio [vasco] y la sociedad local», según han expresado. El proyecto cuenta, asimismo, con la aportación del arquitecto de naturaleza holandés Piet Oudolf, pionero del movimiento New Perennial. Sus diseños de jardines y paisajes –entre los que destacan el Jardín Lurie de Chicago o la High Line de Nueva York– se asientan sobre premisas ecológicas.

Gracias al buen estado general en el que se encuentran las instalaciones de Chillida-Leku, no ha sido necesaria una renovación total, sino que se está realizando una actualización respetuosa del entorno. El caserío Zabalaga –edificación central del museo– conservará exactamente el mismo aspecto y estructura que concibió Chillida, pero contará con una iluminación mejorada y con mayor aislamiento en suelos y techos, así como con una adecuada accesibilidad para personas con movilidad reducida. A estas mejoras se suma la puesta en marcha de instalaciones tales como un centro de bienvenida, una cafetería, una tienda y la adecuación del parking, que mejorarán la experiencia de los visitantes.

Chillida Leku está ubicado a las afueras de Hernani, muy cerca de San Sebastián y está compuesto por un paraje de esculturas al aire libre y un espacio de exposiciones en el interior del caserío de Zabalaga; una construcción tradicional vasca construida en el siglo XVI. La casa y sus terrenos adyacentes fueron adquiridos en los años 80 por Eduardo Chillida y su esposa, Pilar Belzunce, quienes personalmente los restauraron y acondicionaron durante más de 15 años. Este proyecto de rehabilitación fue llevado a cabo en estrecha colaboración con el arquitecto vasco Joaquín Montero, que les ayudó a desarrollar esta visión sumamente personal del espacio expositivo. El escultor buscaba un hogar para sus obras –un “lugar” (en euskera, leku)– donde las generaciones futuras pudieran conocer y experimentar su arte en un emplazamiento inigualable.

Nueva dirección

La elección por parte de Chillida de esta ubicación para el museo refleja la conexión que mantuvo durante toda su vida con la comunidad local, el paisaje y la arquitectura del País Vasco. El edificio histórico está rodeado por 11 hectáreas (110.000 metros cuadrados) de terreno a lo largo de las cuales pueden admirarse cerca de 40 esculturas originales del artista entre las que destacan Buscando la luz I (1997) o Lotura XXXII (1998) realizadas con acero corten, un material con fuertes resonancias del pasado industrial de la región.

Los trabajos de actualización están siendo desarrollados bajo la supervisión del arquitecto argentino Luis Laplace, conocido por sus trabajos de interiorismo y restauración respetuosa y sostenible. Laplace está trabajando en estrecha colaboración con el arquitecto Jon Essery Chillida, nieto del escultor.

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