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Tributo al Forges más humanista

La presentación en Madrid del libro ‘Forgian@s: 101 homenajes al maestro’ ensalza la fina ironía y los reclamos de justicia presentes en la obra de uno de los mayores humoristas del último medio siglo

Sus célebres dibujos poblaron las páginas de los diarios españoles durante el final del franquismo y a lo largo de cuarenta años de democracia. Lúcidos, satíricos y amistosos, nunca cayeron, pese a la dureza del mensaje que a veces transmitían, en la displicencia o en la irreverencia mordaz. Forges provocaba, pero lo hacía con delicadeza, como quien rehúye la maledicencia y busca únicamente llevar a la reflexión. Su muerte en febrero de 2018, a los 76 años, ya sirvió para escenificar el consenso en torno a la humanidad de su figura. Y este miércoles, los participantes en la presentación en Madrid de la obra coral Forgian@s: 101 homenajes al maestro (Editorial Terra Natio) volvieron a ensalzar este perfil del autor madrileño, subrayando los “profundos” reclamos de justicia presentes en la obra ininterrumpida que desarrolló durante más de cinco décadas.

En el acto, celebrado en la sede del Consejo General de la Abogacía Española (CGAE), destacados viñetistas recordaron la fina ironía del maestro del humor gráfico, que trabajó en medios como Pueblo, donde publicó su primera viñeta en mayo de 1964, Informaciones, El Mundo o EL PAÍS, en cuyas páginas plasmó sus interpretaciones de la sociedad desde 1995 hasta su fallecimiento. El homenaje que los compañeros de profesión le brindaron fue probablemente el que a él le habría gustado. “Antonio, el día que te marchaste…, se lio una… / Pero que haya calma. Tenemos esperanza”, escribió Ricardo Cámara, Sir Cámara, junto a una imagen de Forges que había pintado previamente. “Por Antonio. Viva San Fermín”, le siguió Jesús Zulet, quien dibujó un toro y el antebrazo de un matador, que no portaba ningún capote, sino un periódico con el mensaje “Pienso, luego embisto”. “¡Dios mío! Te has colado en el homenaje a Forges / ¿Pero no era una cena?”, rezaba la más incrédula de las ilustraciones, con firma de César Boyano, Ubaldo.

Previamente, el encuentro sirvió para que el ámbito de la abogacía, estrechamente vinculado con Forges, le rindiera “respeto, afecto y admiración”, en palabras de la presidenta del CGAE, Victoria Ortega. “Disfrutamos de él, y descubrimos un nuevo idioma en sus viñetas, que pronto asumimos como propio”, apuntó Ortega. “Y, gensanta, con qué facilidad lo hicimos”, añadió, dejando evidencias de su cercanía al lenguaje del humorista. La abogada explicó que el nuevo libro que homenajea a Forges, en cuya elaboración ha colaborado el organismo que dirige, ya fue presentado en Valladolid hace dos meses, pero su viuda, Pilar Garrido, no había podido estar presente entonces.

De ahí que la obra, que reúne texto y dibujos de un centenar de compañeros artísticos y artistas de distintos ámbitos, haya tenido un nuevo lanzamiento en Madrid. Con la presencia, finalmente, de la compañera del artista. Garrido reveló cómo conoció al dibujante siendo ya tenaz lectora de viñetas. “Estaba internada con monjas y leía, a hurtadillas, La Codorniz. Ahí supe de él por primera vez”, dijo en referencia a una de las revistas de humor gráfico decanas en España, que serviría de inspiración a las que empezarían a proliferar en los años setenta.

En el diálogo también participaron el editor de la obra, Justo Menor, y el director del Área Académica del Instituto Quevedo de las Artes del Humor, Tomás Gallego. El primero señaló que el libro comenzó a forjarse el día de la muerte del dibujante. Veía el material que se publicaba como obituario y pensaba que en él estaba el germen del “forgesianismo”, esa sátira “que no es reverente, pero que tampoco nos rasga completamente”. Gallego, por su parte, abundó en el humor “limpio e inocente” de Forges, “que sacó a la luz las emociones que los españoles han tenido durante las últimas décadas”.

Precisamente la fuerte vinculación del autor madrileño con la realidad española fue el hilo que condujo algunas de las intervenciones de los asistentes. Manuel Martín Ramírez, de la Asociación Presencia Gitana, recordó las palabras que le dedicó el humorista a una minoría históricamente estigmatizada en España. En un libro editado por esta entidad en 1995, Forges señalaba: “Siento como un íbero, temo como un celta, pienso como un griego, viajo como un godo, trabajo como un judío, amo como un árabe, creo como un gitano…¡Y me dicen que soy ‘español’! ¿Están grillados?”.

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