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Regina King: “Me comprometo a que en mis proyectos haya un 50% de mujeres”

Los Globos de Oro pasan de gritar por la inclusión y celebrar el nacimiento de Time’s Up a diluir el discurso feminista un año después

Con apenas 15 años, Breauna Morrow hubo de aprender cómo funciona el mundo. En su rincón (St. Louis, Misuri), como en cualquier lado. Cada día, la joven trabajaba tras la caja de un McDonald’s y sufría el acoso sexual de un compañero, mayor que ella. Se quejó a un superior y este le respondió: «No puedes ganar esta batalla». Se equivocaba. Porque Morrow dijo basta, se acabó. O, en inglés, Time’s Up, como la organización que asesoró y sostuvo su lucha. Hace un año, los Globos de Oro encumbraron el nacimiento de este movimiento, fundado y financiado por divas (y algún divo) de Hollywood para defender la batalla legal de las víctimas de acosos y abusos sexuales. A la sazón, tiñeron la alfombra roja de negro y la gala de reivindicaciones feministas. “El momento ha llegado”, sentenció Oprah Winfrey en su discurso, más recordado que la mayoría de los premios. Unos Globos de Oro después, en lugar de gritar su deseo de igualdad, la ceremonia habló de ello. A veces. Hubo cine, televisión y, también, feminismo. ¿Un paso atrás o adelante, para normalizar la inclusión? Cualquier espectador decidirá. En todo caso, la gala sí sirvió de recordatorio: de los avances logrados; y del enorme camino que aún queda por hacer. 

«Me comprometo a que en todo lo que voy a producir en los próximos dos años haya un 50% de mujeres», lanzó Regina King, tras recoger el Globo de Oro a la mejor actriz de reparto por El blues de Beale Street. Jessica Chastain, una de las principales impulsoras de Time’s Up y MeToo, se puso de pie de inmediato, para aplaudir. King también retó a los presentes a sumarse a su compromiso, y a todos los que tengan poder a apoyar la lucha feminista. Glenn Close, también con su Globo de Oro entre manos, invitó a cada mujer a perseguir sus sueños y creer en sus posibilidades.

Frente a ello, las nominaciones de los Globos de Oro contaban otra historia. Tras un año entero pidiendo más mujeres en el cine, he aquí el balance: salvo en el apartado de mejor canción, más equilibrado, el desierto. Nadine Labaki, la cineasta responsable de la libanesa Capernaum, aspirante a mejor filme extranjero. Y Deborah Davis, coguionista de La Favorita, de Yorgos Lanthimos. Directores, escritores, compositores, animadores. Exclusivamente ellos. Como si nada, como siempre. Al fin y al cabo, un estudio publicado hace días por la Universidad de San Diego concluyó que Hollywood sigue congelado, o peor: las mujeres representaron el 20% de los puestos de trabajo en las 250 películas más taquilleras del año pasado en EE UU y apenas dirigieron el 8%, con un retroceso respecto al 11% de 2017 y el dato más bajo desde 1998. La presentadora, Sandra Oh, dejó claro en su discurso inicial que la industria busca «primero, a un hombre. Si no, a dos hombres. O a un grupo de hombres. Y solo después, quizás, a una mujer».

Tal vez por eso la lucha por la inclusión y contra el acoso ha redoblado su apuesta. Time’s Up X2 es la nueva iniciativa del movimiento, anunciada en un manifiesto publicado días antes de la gala y reflejada en algún brazalete que se vio en la alfombra roja: «Para duplicar el número de mujeres en puestos de liderazgo y en otros espacios donde son infrarrepresentadas». «Ya no jugaremos con las viejas reglas», agrega el documento, que considera que el viento ha cambiado para siempre y subraya todos los logros desde los Globos de Oro 2018.

Por ejemplo, los 20 millones de euros acumulados para financiar los gastos legales de las víctimas; las 3.755 personas que pidieron ayuda a Time’s Up y los 75 casos que llegaron ante los tribunales; las quejas que elevaron a nivel federal la joven Morrow y otras trabajadoras de McDonald’s por los acosos sufridos; o los 20.000 empleados de Google que se manifestaron para pedir más protección contra los abusos. Congreso y Senado de EE UU suman más diputadas que nunca, Harvey Weinstein es el pasado, mientras que el poderío del MeToo protagoniza el presente. «Ha sido un año de récords para las mujeres pero solo acabamos de empezar», agrega el manifiesto en la web de Time’s Up.

«Dije ‘si’ ante el miedo de estar sobre este escenario hoy para ver este público y ser testigo de un momento de cambio. Y no me estoy engañando, el año próximo podría ser distinto, pero ahora mismo esto es real. Creedme, es real. Te veo a ti, y a ti, todas estas caras de cambio. Y ahora cualquiera lo verá», añadió Sandra Oh, en el discurso inaugural. Mientras, indicaba a creadores asiáticos, latinos y afroamericanos. Todos juntos. La normalidad.

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