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Michel Ralle y la generación de 1940

La muerte del catedrático invita a evocar el círculo de destacados hispanistas que realizó contribuciones de primer orden a la historia política y cultural de España

A primera hora de la tarde del 31 de diciembre tuvo lugar la cremación de los restos de Michel Ralle, catedrático de la Universidad de París-IV. El suceso invita a abordar una evocación más amplia, la del círculo de destacados hispanistas de su generación que realizaron contribuciones de primer orden a la historia política y cultural de España. Precedidos por una serie de grandes maestros, como Pierre Vilar, Fernand Braudel o Marcel Bataillon, con figuras puente como Noël Salomon y adelantados de excepcional calidad que alcanzarán la longevidad, casos de Joseph Pérez y del recientemente fallecido Bartolomé Bennassar, son investigadores nacidos en torno a 1940 y cuya formación en los estudios hispánicos se consolida en los sesenta. Esta adscripción temporal marca sus coordenadas ideológicas y culturales. Son por lo general hombres de izquierda, con un núcleo situado en torno al comunismo francés que irá diluyéndose, y una metodología fuertemente inspirada en sus predecesores, lo cual implica una revisión en profundidad del materialismo histórico.

Esto quiere decir que tanto en sus hipótesis de trabajo como en el desarrollo de las mismas, es atendida la vieja máxima de que «el ser social determina la conciencia», pero en el sentido de enmarcarla y dar sentido al enlace con unas expresiones en el mundo de las ideas y de las representaciones que requieren una explicación propia.

Cabría hablar de una constelación generacional, con astros destacados que marcan trayectorias propias (Bernard Vincent) o derivan hacia la periferia (Jean-François Botrel, y un núcleo duro con Carlos Serrano, Serge Saläun, Jacques Maurice, de más edad, y el propio Michel Ralle. Los estudios en lengua e historia de España, el paso como investigadores por la Casa de Velázquez en Madrid, y una carrera académica paralela, les llevan a coincidir en múltiples encuentros en congresos sobre historia de España desde los años setenta, entre ellos el organizado en Pau por Tuñón de Lara.

Esa convergencia se refleja en la co-participación en obras colectivas, a veces fruto de los citados congresos, y también en textos de colaboración. Así Jacques Maurice y Carlos Serrano escriben un libro sobre la respuesta populista de Joaquín Costa a la Restauración, y otro cargado de optimismo sobre la España del 2000. Serrano y Salaün encaran paisajes más tristes: la España de 1900 y los años veinte, «los años locos» (aquí traducido como «los felices 20»).

El rasgo común de las investigaciones, desde la diversidad temática, fue siempre el encuentro del rigor en la documentación con interpretaciones que quiebran las visiones establecidas, desde el análisis del discurso, sea este político o literario. Casos de las monografías de Serrano sobre el 98, los estudios regionales de Maurice en torno al anarquismo o la disección llevada a cabo por Salaün entre los componentes cultos y los populares en la poesía de la guerra civil. En el marco de una bibliografía muy amplia.

En esa línea se sitúa Michel Ralle para abordar el enlace entre el fogonazo anarquista de la Primera Internacional en España, momento definitorio, y la formación del PSOE. La simple recuperación de la crónica socialista era ya imprescindible, dado que el solo hecho de escribir sobre Pablo Iglesias te llevaba al Tribunal de Orden Público, y tal fue el mérito de Luis Gómez Llorente. La iniciativa de Ralle, basada en un minucioso análisis del discurso, permitía ir más allá, explicando cómo los límites ideológicos de nuestros «internacionales», anclados en una mentalidad republicana proudhoniana, gravitaron sobre la génesis del PSOE, con el telón de fondo del atraso en un país agrario y de industrialización focalizada.

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