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Así es el efímero acuerdo que Juncker y May alcanzaron en Estrasburgo

Preguntas y respuestas sobre las nuevas garantías legales de la UE que no lograron salvar el Brexit

El Parlamento británico se opuso de nuevo este martes al acuerdo de salida del Reino Unido de la UE, rechazado por abrumadora mayoría el pasado mes de enero. La primera ministra británica, Theresa May, se sometía otra vez al veredicto de Westminster tras pactar en Estrasburgo con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, una serie de documentos que pretendían disipar las dudas del Parlamento británico sobre la llamada salvaguarda irlandesa, el mecanismo ideado para evitar la aparición de una frontera dura entre las dos partes de Irlanda pase lo que pase tras el Brexit.

¿Qué incluye el pacto de Estrasburgo?

Por parte europea, dos documentos. Uno, en forma de instrumento ligado al acuerdo de salida en el que se enfatiza la intención de que la salvaguarda irlandesa sea temporal si llega a aplicarse y se especifica en qué condiciones tendría derecho Londres a reclamar la suspensión de la salvaguarda si percibiese cualquier intención por parte de Bruselas de perpetuar ese mecanismo, que obliga al Reino Unido a mantener una unión aduanera con la UE hasta que se llegue a un pacto comercial que permita la libre circulación de mercancías y servicios entre las dos partes de Irlanda.

El otro documento es una declaración conjunta, que complementa la declaración política sobre la futura relación entre la UE y el Reino Unido, en la que ambas partes reafirman su firme voluntad de alcanzar cuanto antes un acuerdo comercial que haga innecesaria la salvaguarda.

El Reino Unido, por su parte, ha publicado una declaración unilateral en la que se reserva el derecho a adoptar medidas de suspensión de la salvaguarda si no fuera posible llegar a un acuerdo con la UE para sustituirla.

¿Son jurídicamente vinculantes esos documentos?

El instrumento, sí, porque va ligado al acuerdo de salida. El otro, no, pero no es necesario porque está vinculado a la declaración política y tendrá la misma fuerza que ese texto. Y la declaración unilateral podría ser invocada por Londres como argumento en caso de litigio.

¿Supone cambios respecto al acuerdo del 25 de noviembre que rechazó el Parlamento británico?

Lo complementan, como ha subrayado el presidente de la Comisión, pero sin alterar aquel texto ni ofrecer garantías adicionales en caso de conflicto entre las dos partes.

¿Cómo se resolverían esos conflictos si surgieran?

El acuerdo de salida ya prevé un sistema de arbitraje, cuyo veredicto sería vinculante para ambas partes. El instrumento pactado en Estrasburgo resalta esa vía, pero no la amplía.

¿Por qué ha sido necesario el pacto de Estrasburgo?

Para ayudar a la primera ministra británica a someter de nuevo a votación el acuerdo de salida. El Parlamento británico lo rechazó por una diferencia de 230 votos y pidió que se revisase para poner fecha de caducidad a la salvaguarda irlandesa o introducir una cláusula que permitiera a Londres suspenderla de manera unilateral. Sin embargo, fue rechazado de nuevo.

¿Ha logrado May esos dos objetivos?

No, ninguno de ellos. El abogado general del Estado británico, Geoffrey Cox, ha dictaminado este martes que el pacto de Estrasburgo reduce el riesgo de que el Reino Unido quede atrapado de manera indefinida en la unión aduanera si la UE intentara de mala fe mantener la salvaguarda. Pero el pacto no cambia nada si en el futuro es imposible sustituir la salvaguarda por falta de avances en la negociación de la nueva relación comercial o sobre los mecanismos alternativos para evitar una frontera dura en Irlanda.

¿Quién ha negociado el pacto de Estrasburgo?

Las negociaciones arrancaron el 7 de febrero, con una reunión en Bruselas entre Juncker y May. El presidente de la Comisión y la primera ministra han mantenido desde entonces otras tres reuniones, incluida una en Sharm El Sheij (Egipto) y la de este lunes en Estrasburgo. Los equipos negociadores de ambas partes empezaron a perfilar el acuerdo a partir del 21 de febrero y se aceleraron hasta el 10 de marzo. Tras varios tropiezos, incluido uno el 11 de marzo, las dos partes sellaron el pacto en la capital alsaciana al filo de la medianoche del lunes.

¿Quién debe aprobar el pacto?

La cumbre europea del 21 de marzo. Pero la Comisión Europea recomienda que se supedite el visto bueno a la aprobación en la Cámara de los Comunes del acuerdo de salida, algo que no sucedió este martes. Por ello, el pacto de Estrasburgo decaerá o tendrá que ser modificado. El texto duró menos de 24 horas y se convirtió en uno de los más efímeros en la historia de la UE.

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