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Xi Jinping llega a Pyongyang para impulsar las conversaciones de desarme

«La amistad entre Corea del Norte y China es inquebrantable», afirma un editorial del periódico norcoreano ‘Rodong Sinmun’

El presidente de China, Xi Jinping, ha llegado este jueves a Pyongyang para reunirse con el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, en una visita de Estado, la primera de un líder extranjero a ese país en catorce años. El encuentro entre los dos líderes se produce cuando las conversaciones con Estados Unidos para el desarme nuclear norcoreano se encuentran estancadas desde hace cuatro meses, y llega apenas una semana antes de que el jefe de Estado chino se vea las caras con el presidente de EE UU, Donald Trump, durante la cumbre del G20 en Osaka (Japón).

Xi, que viaja junto a su esposa, Peng Liyuan, y el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, entre otros, fue recibido en el aeropuerto de Pyongyang con una ceremonia de bienvenida. El régimen norcoreano ha querido echar la casa por la ventana en esta visita, que conmemora los setenta años de relaciones entre los dos países y que llega después de que Kim Jong-un ya se haya desplazado en cuatro ocasiones al país vecino para encuentros con Xi en el último año y medio.

“El camarada Xi Jinping está visitando nuestro país frente a tareas graves y cruciales debido a la compleja situación de las relaciones internacionales. Claramente, esto muestra la gran importancia que el Partido Comunista y el Gobierno chino atribuyen a la amistad entre los dos países”, ha sostenido en un editorial el periódico oficial norcoreano Rodong Simbun. “La amistad entre Corea del Norte y China es inquebrantable”.

Pekín es el principal aliado internacional de Pyongyang, una relación de amistad que data de la guerra de Corea (1950-53), en la que China combatió junto al Norte en la lucha contra EE UU. Pero la relación entre las dos capitales había sido fría en los primeros años de mandato de Kim Jong-un, mientras el líder norcoreano dio un impulso a su programa de armamento no convencional y llevó a cabo numerosas pruebas de misiles y nucleares. La situación cambió cuando Corea del Norte dio por completado su programa de armamento y comenzó, en enero de 2018, una fase de deshielo que permitió abrir negociaciones con Corea del Sur primero, y con Estados Unidos inmediatamente después.

Como fruto de esas negociaciones, Kim se reunió con Trump hace un año en Singapur, el primer encuentro de la historia entre líderes de sus dos países. Su segunda cumbre, en Hanói, concluyó en fracaso: Pyongyang ofrecía desmantelar su reactor nuclear de Yongbyon a cambio del levantamiento de sanciones internacionales, y Washington reclamaba el desarme completo y verificable de todo el programa nuclear antes de eliminar las sanciones. Desde entonces, no se han logrado progresos.

El momento elegido para esta visita de Estado es especialmente simbólico, antes de la cumbre del G-20 los próximos 28 y 29 de este mes. Xi quiere demostrar a Estados Unidos que es un interlocutor indispensable en las conversaciones sobre desarme con Corea del Norte, y Kim, que cuenta con aliados de peso que le apoyan. A finales de abril el líder norcoreano ya viajó a Vladivostok para reunirse con el presidente ruso, Vladímir Putin.

“Al demostrar sus relaciones especiales con Corea del Norte en un momento en el que ni Washington ni Seúl son capaces de restablecer sus contactos de alto nivel con Corea del Norte, Pekín está señalando a Washington que sigue siendo un socio dispuesto, constructivo e indispensable para resolver problemas regionales importantes”, explica el académico Tong Zhao, del Centro Carnegie-Tsinghua de relaciones internacionales.

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