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May: “Voy a volver a Bruselas a seguir luchando por Reino Unido”

La primera ministra afirma que peleará con una «determinación renovada» por cumplir con el Brexit previsto para el 29 de marzo

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Theresa May se muestra inasequible al desaliento. La primera ministra disfruta estos días de la extraña imagen de unidad ofrecida por el Partido Conservador el pasado martes, cuando una mayoría parlamentaria respaldó una moción exigiendo a la UE que eliminara del acuerdo del Brexit el llamado backstop o salvaguarda irlandesa. «Voy a regresar a Bruselas y batallaré por Gran Bretaña y por Irlanda del Norte. Acudo armada con un nuevo mandato, con nuevas ideas y con una determinación renovada para acordar una solución pragmática que cumpla con el Brexit por el que votaron los ciudadanos. Y a la vez aseguraré que nunca haya una frontera dura entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda. Eso es lo que el Parlamento me ordenó hacer el pasado martes», ha escrito May este domingo en The Sunday Telegraph.

La primera ministra ha convertido una derrota —el Gobierno no quiso dar su respaldo en un principio a la moción, que iba en contra la de la línea oficial según la cual no era posible renegociar el acuerdo alcanzado con la UE— en una nueva posibilidad de sacar adelante su plan en Westminster. May asegura que en los próximos días seguirá hablando con políticos de todos los partidos, con los líderes de los principales sindicatos y con los empresarios más relevantes de Reino Unido para sacar adelante un plan del Brexit que tenga suficiente respaldo parlamentario.

May confirma en su artículo que ha dado órdenes para que se suspenda el receso de febrero en Westminster, para que los diputados puedan sacar adelante todas las iniciativas legislativas pendientes y el trámite procedimental necesario para aprobar el acuerdo de salida de la UE.

«Combinado con medidas que respondan a las preocupaciones expresadas sobre la necesaria implicación del Parlamento en la negociación de la relación futura con la UE, y con nuevos compromisos sobre los derechos de los trabajadores y la protección del medioambiente, tengo plena confianza en que ahora sí existe una ruta que asegure una mayoría en la Cámara de los Comunes para abandonar la UE con un acuerdo. Todo esto representa un paso relevante para alcanzar el Brexit y cumplir con el mandato que nos dio la ciudadanía británica. Y esa misma ciudadanía desea ahora que nos pongamos en marcha y completemos la tarea», ha escrito May.

La primera ministra reivindica en su artículo como victoria propia el doble rechazo expresado por Westminster el martes a dos enmiendas que pretendían, en primer lugar, extender el artículo 50 del Tratado de Lisboa y prorrogar así la fecha de salida de la UE, fijada oficialmente para el 29 de marzo, y entregar al Parlamento el control del proceso para poder debatir libremente opciones alternativas al plan del Brexit de May. «Mis colegas, quienes se habían encontrado en los meses pasados en posiciones enfrentadas, se han alzado con una sola voz en apoyo de una única propuesta», reivindica May.

Sin embargo, su carta abierta no menciona la principal dificultad a la que va a tener que hacer frente. Apenas unas horas después de que Downing Street mostrara su euforia por la votación de la Cámara, los principales líderes comunitarios expresaron su firme rechazo a la posibilidad de que el acuerdo del Brexit pueda ser renegociado, como pretende Londres. May cuenta con dos semanas para intentar hacer la cuadratura del círculo y no regresar de Bruselas con las manos vacías. Porque, en ese caso, el frágil apoyo que le han brindado los euroescépticos conservadores se mostrará efímero.

May, quien se reunió finalmente con el líder de la oposición, Jeremy Corbyn, 24 horas después de su victoria parlamentaria, asegura en el texto que el jefe del Partido Laborista está en el mismo barco y también respalda el empeño de la primera ministra en extraer nuevas cesiones de Bruselas. «Aunque Jeremy Corbyn no votó con nosotros, él también cree que la hipotética extensión indefinida del backstop [para la frontera irlandesa] es un asunto que debe ser abordado de nuevo con la UE. Y eso es exactamente lo que voy a hacer. Porque rechazo la acusación de que buscar soluciones alternativas a esa salvaguarda suponga ‘acabar con los Acuerdos de Viernes Santo», escribe. Minutos después de que el Parlamento respaldara, por una mayoría de apenas 16 votos, la moción que exigía la eliminación del backstop, algunos diputados —especialmente los nacionalistas escoceses del SNP— acusaron al Gobierno de haber hecho saltar por los aires la paz alcanzada entre las dos Irlandas con esos pactos, convencidos de que no existe una alternativa posible a la salvaguarda impuesta por Bruselas.

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