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La transición incierta de la selección sub 21 a la élite

Ceballos y Vallejo, ayer durante el acto de celebración en Las Rozas – Selección española sub 21

El campeón del Europeo de 1998 García Calvo insiste en la continuidad como factor clave

El camino tiene ya asfalto, señales y quitamiedos, pero no por ello la meta es una garantía para la mayor parte de los que desde el pasado domingo sueñan con proyectar los festejos en clave «sub» hacia la absoluta. Donde a la mayoría se les apagan las luces o la gasolina se les queda corta, hay ejemplos que, por haberlo vivido en sus propias carnes, explican mejor que nadie las necesidades de generaciones como la que Luis de la Fuente acaba de alumbrar.

Por allí pasó en su día José Antonio García Calvo. En concreto en 1998, cuando levantó el segundo Europeo sub 21 de la selección española. Aquel era el equipo que perduraría bajo la sombra de Valerón. «Lo que estos chicos necesitan ahora es continuidad. Sentirse importantes. El papel del club en el que juegan es fundamental», explica.

A él, canterano del Real Madrid, las cosas le vinieron rodadas desde que debutó con el club blanco. A dos temporadas en Concha Espina le siguieron Valladalid y Atlético de Madrid, además del debut con la absoluta. «Ahora las cosas están mejor que en mi época. Hay muchos más medios», dice García Calvo, seguro de que muy mal se tienen que dar las cosas para que en unos años el personal no esté celebrando los éxitos de esta generación con la camiseta de los mayores. «Es verdad que el salto depende también del futbolista, de cómo se sienta él, pero el título ayuda, el título es maravilloso. Todos saben que es un punto de partida, no algo que les haga creerse nada que no son», reflexiona.

Durante el día de ayer corrió la euforia por la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, un derroche de confianza en lo que se viene que requiere de cierta cautela vistos los antecedentes. En un corrillo donde estaban presentes el presidente de la Federación, Luis Rubiales, y el presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco, fue De la Fuente quien tuvo que rebajar el éxtasis. «¡Es que son cuatro finales de las últimas cinco!», se repetía, mientras el seleccionador terciaba: «Es muy difícil, es muy difícil».

El estilo fue la otra cantinela que sobrevoló la jornada protocolaria de festejos. ¿Hay materia para que España siga confiscando la pelota? Responde García Calvo: «Los chavales pueden adaptarse a un montón de estilos, pueden jugar a lo que quieran». Viendo desfilar a los Ceballos, Fabián o Marc Roca, cualquier otra idea parece francamente cuestionable.

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