La política

Con Berlusconi inmerso en numerosos procesos judiciales y condenado por fraude fiscal y corrupción, la serie 1994 muestra sus maniobras para contrarrestar las actuaciones del fiscal Di Pietro

Ludovica Rampoldi, una de los tres guionistas de 1994, emitida en Movistar +, declaró: “Con Berlusconi, la política se convirtió en espectáculo”. La excelente serie es la última entrega de una trilogía sobre la política y la corrupción italianas que permite comprobar cómo la globalización también incluye las relaciones del poder político con la delincuencia.

Protagonizada por Stefano Accorsi, promotor de la serie, la figura esencial de la tercera entrega es Silvio Berlusconi, ese personaje inicialmente vinculado al Partido Socialista de Bettino Craxi, es decir, al origen del proceso Tangentopoli, que encontró en un selecto grupo de jueces, Manos Limpias, los mayores defensores de la democracia, que acabaron o asesinados o tirando la toalla. Un Berlusconi gran defensor de sus propios intereses empresariales y personales y con el suficiente olfato político para alejarse del prófugo Craxi y crear el movimiento Forza Italia, con el que alcanzaría el poder en las elecciones de 1994. Lo perdería al año siguiente al romperse la coalición con la Liga Norte de Umberto Bossi.

Inmerso en numerosos procesos judiciales y condenado por fraude fiscal y corrupción, es el resultado de unir el populismo con un poderío empresarial en los medios de comunicación. 1994 muestra sus maniobras para contrarrestar las actuaciones del fiscal Di Pietro, aunque cierto es que todo ello lo pudo realizar por el apoyo del voto ciudadano.

Buscar paralelismos con la política española reciente casi resulta grosero, por obvio. Ahí están jueces como Baltasar Garzón o Pablo Ruz, procesos judiciales como los casos Gürtel o Púnica, los ERE o el 3%, manipulaciones políticas de lo judicial, financiación irregular de los partidos y una constatable degradación de las instituciones democráticas.