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¿Y si la feria es un éxito?

El gremio disfruta de lo que queda de fiesta; ya es una buena señal que en las primeras casetas haya dos triunfadores: el CIS y la Universidad de Barcelona

La alarma ha saltado en la industria editorial: la Feria del Libro de Madrid corre el riesgo de ser un éxito. Ya en la recta final —cierra el domingo—, las pocas quejas que se oyen en las casetas se dirigen al calor del primer fin de semana y a las estrictas normas del Ayuntamiento para cargar y descargar. Una parte del Consistorio presionaba para que se vayan con la literatura a otra parte pero las elecciones dejaron las espadas en alto. Este sábado se sabrá quién manda en el Palacio de Cibeles y todo el mundo estará pendiente del nuevo inquilino: nunca faltan políticos más partidarios de los coches que del Paseo de Coches. ¿Por qué conformarse con revertir Madrid Central si puedes volver a abrir el Retiro al tráfico?

Mientras tanto, el gremio disfruta de lo que queda de fiesta. Ya es una buena señal que en las primeras casetas haya dos triunfadores: el CIS  (Centro de Investigaciones Sociológicas) y la Universidad de Barcelona. Al primero solo le falta vender de saldo libros de cocina. La segunda ha colocado el aviso de “segunda edición” a un libro peculiar —Flamenca— adornado además con una rutilante faja: “La gran novela occitana que inspiró el Malquerer de Rosalía”. Otra señal de éxito responde a la vieja querella sobre el carácter cultural de la feria: las actividades para profesionales —con atención especial a Latinoamérica— amén de los homenajes a Tusquets, Anagrama y Claudio López Lamadrid han ido completando la programación del país invitado, la República Dominicana, que ha tirado el Caribe por la ventana hasta el punto de dejarse a un Nobel para el lunes pasado en lugar de asegurarse a las masas de un domingo triunfal. Media hora antes de que empezara el acto ya había cola para escuchar el coloquio de la poeta Soledad Álvarez con el autor de La fiesta del Chivo, que aprovechó para anunciar que tiene novela nueva, Tiempos recios, y que posiblemente verá la luz en octubre.

Pero como no todo es metafísica y buena organización, no falta quien atribuye al azar esta bonanza con fecha fija. La feria empezó el 31 de mayo: los sueldos ya estaban en las cuentas corrientes y los recibos no habían llegado aún. ¿Qué mejor momento para hacerse con los relatos completos de Chéjov por 140 euros? Así es la prosa de los editores: una vela a santa Teresa, otra a san Excel.

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