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Valentín, Erundino y Manu, de Los Lobos: “Nos hacen pagar impuestos como a ricachones”

La entrega del bote de ‘¡Boom!’ ha sido la emisión más vista de un concurso en España en los últimos 15 años

El lunes por la noche, los cuatro integrantes de Los Lobos pasaron a ser millonarios. Tras dos años ininterrumpidos concursando en ¡Boom!, el programa de Antena 3, se llevaron el mayor premio jamás dado en la televisión española (y posiblemente en la mundial también, pero eso está todavía pendiente de certificación, dicen desde Antena 3): 6.689.700 euros si se suman los 4.130.000 del bote acumulado más los 2.559.700 que habían sumado en los más de dos años de participación. Sin embargo, no les gusta que les llamen ricos. «La gente rica es otra cosa», resume Erundino Alonso.

Tampoco que digan que son famosos, aunque el programa en el que el equipo se hizo con el bote este lunes, en horario estelar, fue seguido por 4.272.000 espectadores (28% de cuota de pantalla): la emisión más vista de un concurso en los últimos 15 años y récord histórico del programa. «Esa palabra [famosos] denota pobreza de vocabulario, porque mete en el mismo saco a mucha gente. Puedes ser conocido, popular, admirado…», puntualiza Alberto Sanfrutos.

«Yo no he fantaseado con el dinero. No he pensado jamás en llevarnos el bote porque no existía para nosotros», prosigue Erundino Alonso, integrante de Los Lobos junto a Valentín Ferrero, Manuel Zapata, Alberto Sanfrutos y, hasta diciembre de 2018, José Pinto. Ahora, más que fantasear, deberá organizarse. Una parte importante del total, prácticamente la mitad, irá a parar a Hacienda. Para algunos Lobos, es un porcentaje elevado. «Este tipo de ingresos, que son atípicos y excepcionales, deberían estar gravados con una fiscalidad menor», opina Valentín Ferrero. «Si todos los años ganas lo que hemos ganado nosotros este año, lo entiendo, pero nos va a pasar una sola vez en la vida. No me parece mal contribuir, incluso me parece un privilegio hacerlo, contribuir a que los servicios públicos se puedan cubrir para todos. Pero me parece excesiva la fiscalidad con la que está gravado», añade Ferrero.

Erundino Alonso respalda las palabras de su compañero. «De hecho, la tributación ha cambiado con los años, antes era mucho menor y tenía en cuenta la ocasionalidad de algunos ingresos», dice Alonso. «Es una cuestión de comparativa, que se nos considere como si fuéramos unos ricachones. Los que de verdad ganan dinero tienen mil recovecos para eludir. No está bien ajustado», apostilla Valentín. De la misma opinión es Manuel Zapata. «Me parece perfecto tributar, pero algo que sea justo para una cosa que no voy a ganar todos los años», dice Zapata.

Alberto Sanfrutos no coincide con sus compañeros. «A mí me parece perfecto. Lo que me quiten, muy bien quitado. Me van a quitar en función de lo que he ganado. Creo que es mucho más sangrante que en mi sueldo de maestro me quitaran casi un 25% que, si ahora llego al porcentaje máximo de la escala y es un 48%, es porque lo he ganado. He sido funcionario toda mi vida y ahora jubilado, y el dinero se saca de ahí», argumenta.

A Erundino lo que le preocupaba era que la cuestión que les diera el premio fuera una «pregunta fea». «Y fue superbonita. Una pregunta de geografía, un tema tan bonito». Él precisamente fue quien dio la respuesta correcta: el golfo de Botnia es el que está situado en el mar Báltico entre Suecia y Finlandia.

Todavía no se han hecho a la idea de cómo será su nueva vida tras ganar el bote, aunque Valentín tiene claro que no piensa volver a trabajar y Alberto seguirá disfrutando de su vida de jubilado. Erundino, ingeniero de montes que trabaja en la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, tiene pendiente replantearse su futuro: «Mi trabajo me encanta, pero se te pasan muchas cosas por tu cabeza en este momento». Manu sigue en paro y colaborando con críticas cinematográficas ocasionales. «Pero al menos he ganado tiempo y tranquilidad para ver lo que voy a hacer con mi vida».

No han faltado menciones a José Pinto, el integrante que murió el pasado febrero y cuyos familiares fueron de los primeros en felicitar a Los Lobos por el premio. «Cuando llamé a Olga, una de sus hermanas, para decírselo, por el fondo se escuchaba a su marido que decía ‘¡es lo justo!», recuerda Erundino.

Aunque ahora ya sean personajes televisivos, no parecen por la labor de apuntarse a otro concurso a corto plazo. «Cambié la vida que tenía por la de ser concursante y todavía no he vuelto a la rutina. Tengo mucha ilusión por ver cómo será mi nueva vida», dice Valentín. ¿Y con el dinero? «Sabemos lo que cuesta ganarlo, así que sabremos gastarlo», sentencia Alberto Sanfrutos. 

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