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Sara Baras: “Los niños lo notan todo”

La bailaora gadinata se lanza al escenario ante 1.800 estudiantes de colegios públicos en Nueva York

El plan original era que Sara Baras se quedara sentada entre los 1.800 niños que se acercaron al teatro del City Center en Nueva York para empaparse con el espectáculo de su compañía de danza. “Es una sensación muy rara”, comentó cinco minutos después de que se levantara el telón, “estoy por vestirme y subir con ellos”. Era la segunda vez que les veía las caras tan lejos del escenario. Y con un “¡no puedo más!”, saltó de la butaca y fue al camerino para cambiarse. “¡Qué llega la jefa!”, se escuchó de fondo, «¿qué hacemos? ¿hay que cambiar algo?».

La bailaora gaditana hace fácil un lenguaje tan complejo y técnico como el del flamenco. “Es su gran embajadora”, comentaba Karen Leadbeater, que no se dio cuenta de que estaba sentada junto a ella hasta que la vio ya en el escenario. Es una maestra de niños con autismo. Armani, uno de sus alumnos, pasó en segundos de cubrirse los oídos a entregarse por completo. “Es una muestra del poder de la música y del baile”, señala, “ha sido una experiencia única”.

Las historias que afloran cuando los pies de Sara Baras golpean el firme trascienden las palabras y las melodías. Lo hace con una variedad infinita de ritmos y tempos. Los niños, llegados de colegios públicos de toda la ciudad, siguieron con palmas. Lara Gerstein enseña danza en el PS347. “Este tipo de actuaciones les inspira mucho”, señala, “bailó a escasamente diez metros de nosotros”. “El flamenco es una arte único y a la vez muy diverso”, explica, “es como Nueva York”.

La maestra comenta que enseña a los estudiantes que el flamenco es muy similar a la hip-hop, porque al principio lo bailaba gente que no era querida donde vivía. “Es toda una cultura”, añade, “además de la música y el baile, está la moda, el arte, la poesía. También expresa multitud de emociones. Dolor, alegría”. El espectáculo fue una versión reducida de “Sombras”, coreografía que forma parte del programa original de Flamenco Festival, que arrancó la misma noche.

Baras vuelve cuatro años después al escenario del City Center. Hace 35, en la Venta de Vargas, cuando ella tenía la misma edad que sus espectadores, en San Fernando le llamaban Sarita. La percepción que tiene ahora un niño del flamenco, señala, es muy diferente. “En aquella época era un poco maltratado. Era la fiesta, algo para los señoritos”, señala, “no se veía en el programa de un gran teatro ni tenía el valor de un arte grande. Ahora se les inculca a los niños”.

Programa educativo

La bailaora no podía ocultar la emoción de ver al público tan entregado, «sentí como hablaba con ellos». Subió al escenario sin calentar previamente, ni peinarse o maquillarse. “Me lo quise tomar tranquilo”, comentaba ya de vuelta en el camerino, “pero es que esta ciudad es muy bestia en todo lo que hace y cuando encima tienes a niños que te siguen con ese ritmo”. “Es más que un arte”, valora, “va directo, por eso los niños son capaces de entender al cantaor sin saber qué dice. Lo notan todo”.

El teatro City Center manda todos los años el programa de actuaciones a las escuelas para que elijan dos compañías en las que quieren participar. Una es siempre de flamenco. “Algo tiene para ellos a nivel emocional”, insiste Miguel Martín, director del festival, mientras intercambia impresiones con Baras, “algo así con adultos no habría pasado”. “Es maravilloso cómo aquí la gente tiene los brazos abiertos para escucharte, para sentirte”, comenta la artista, “ha sido un momentazo”.

El flamenco, como explica Baras, viene de muchas culturas, estilos y épocas. Aunque lo que lo hace especialmente atractivo e influyente, señala, es el sentimiento que transmite y eso le otorga a su vez el poder fusionarlo con todo. Marín explica que así se construye un rico diálogo con otras músicas y con el público. “El potencial creativo es infinito”, dice.

El espectáculo con escolares se celebró al margen de la agenda oficial del Flamenco Festival, que coincide este año también con la conmemoración del 75 aniversario del City Center. Sara Baras combina en una única persona la devoción por la tradición y su compromiso con la innovación. Pero en esta edición, se le da un giro a la presentación para ir más allá del baile que tanto fascina al público. 

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