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Mi final para ‘Juego de tronos’

La autora Gioconda Belli escribe su conclusión soñada para la serie

Desde los créditos iniciales, con castillos y extrañas formaciones que se arman y desarman, la serie me atrapó. Vi las primeras dos temporadas de una vez. Angustiada queriendo saber qué más sucedía, compré los libros de George R Martin. Alguien dijo que eran basura. Yo disiento. Creo que el escritor urdió una trama compleja, con personajes cuyas historias se suceden y traslapan para ir componiendo el lienzo de una épica medieval que, por obra y gracia de la fantasía y la imaginación del autor, alcanza la universalidad del mito. Me llamó la atención mientras leía, ya que lo hice en inglés y en Kindle, como ciertas palabras que no sabía y consultaba en el diccionario, correspondían al inglés antiguo. Martin hizo su tarea acuciosamente para situar al lector en un territorio que, siendo medieval, tiene la modernidad de los sentimientos humanos más crudos, tiernos o pedestres. El tiempo que crea es muy particular. No nos sentimos distantes, a pesar de la premisa de tiempos idos que recrea. Esa conexión entre los «recuerdos» medievales que hemos formado viendo teatro, cine o leyendo cuentos de hadas o de libros de caballerías, nos ubica en un territorio intemporal y por lo mismo congruente con lo fantástico que también vive en nuestra memoria infantil o adolescente: dragones, reinos opulentos, reyes villanos, doncellas desvalidas, reinas bellas y malvadas o reinas en pos de utopías inalcanzables. Pero no es eso lo que vine a escribir. Igual que para muchos, el final no alcanzó a coronar la epopeya de los Siete Reinos. Fue un final que rompió con el alma mágica que Martin le imprimió a su historia. Mi final habría sido otro. Lo describiré.

El comienzo del episodio sería el mismo. Los dos ejércitos enfrentados. La tensión de la espera del comienzo de la batalla. La aparición de la khaleesi. El dragón incendiando la flota y derribando los arpones colocados para atravesarle el corazón.

Mi nuevo final empieza al sonar la campana de la rendición en Desembarco del Rey. El dragón con Daenerys aterriza sobre el campo de batalla, en medio de sus soldados. El júbilo impulsa a los caballos de los Dothrakis que la circundan haciendo una ronda al galope. Los Inmaculados se cuadran marcialmente. En medio de ellos, Jon Nieve y Tyrion se acercan a ella. Se inclinan. Ella los levanta. Jon Nieve la abraza, e incapaz de contenerse (como Iker Casillas besó a Sara Carbonero), la besa, mientras todos gritan con júbilo. La escena es corta. La tarea apenas empieza con ese triunfo. Deben entrar a la ciudad. Deben enfrentarse con Cersei. Hacer justicia. Los Inmaculados van a la vanguardia, enfrentando alguna resistencia. Daenerys , Jon Nieve, Tyrion y los demás van en sus caballos. La gente los mira acobardada, pero impresionada.

Cersei no se oculta. Espera en su torre. Llega Gusano Gris, mata al consejero de Cersei que trata de ofrecer resistencia. La atrapa, le ata los brazos mientras Sandor se enfrenta con Sir Gregor. La siguiente escena es en la sala del trono. Khaleesi se sienta en el trono de hierro. Jon Nieve a su lado. Entra Cersei llevada por Gusano Gris. Aparecen en la sala Jaime Lanister y Arya Stark. Diálogo hostil y filoso entre Daenerys y Cersei.

Daenerys le pregunta cómo quiere morir. Jamie interviene. Dice que está embarazada. Con mucha más razón debe morir, dice Khaleesi. Tyrion calla. Yo tengo que matarla, dice Arya Stark. Ella mató a mi familia. Es mi venganza.

Súbitamente, del fondo, veloz como un rayo, aparece Gusano Gris, y le corta la cabeza a Cersei de un tajo. Hay un silencio mudo. Daenerys se baja del trono, toma la cabeza lentamente, da la vuelta por la sala en medio del asombro general. Finalmente alguien grita triunfal. Los demás rugen celebrando. Jaime se derrumba de rodillas. Tyrion lo consuela. Daenerys se acerca con la cabeza y se la da a los hermanos. Es vuestra, les dice. Podéis llevarla de paseo por la ciudad. Quiero que todo Desembarco del Rey la vea. Tyrion y Jaime montan sus caballos y hacen lo que se les pide. Muchos en la ciudad se arrodillan a su paso. Luego veremos la cabeza de Cersei colgando del badajo de la campana que dobló para la rendición.

Última escena: Día de la coronación. Arya y Sansa conspiran la independencia de Poniente, pero terminan peleando. Arya sale dando un portazo. Sir Gregor y Sandor siguen su combate hasta que ambos caen al vacío y mueren de la misma forma, cayendo desde lo alto juntos. Jon Nieve y Daenerys discuten sobre Poniente. Él insiste que deje que Sansa reine allí. Será mejor que tenerla de enemiga. Brienne aparece buscando a Jaime. Lo consuela. Bran va al árbol, se convierte en el cuervo de los tres ojos y muere en su silla. Se inicia la ceremonia de coronación. Fastuosa. Sansa se declara independiente. Hay un momento de tensión. Tyrion salva el asunto argumentando y al fin convenciendo a Daenerys.

Sorpresivamente Daenerys revela la genealogía de Jon Nieve a la concurrencia. Anuncia que será él, otro Targaryen, quien la corone. Jon la corona. Daenerys recibe la pleitesía de sus súbditos, pero en un instante vuelve la mirada a Jon, le extiende la mano y anuncia: «Soy vuestra reina, pero Jon reinará conmigo. Ambos reconstruiremos la herencia de los Targaryen y cambiaremos el mundo». El dragón aparece sobre el templo. Daenerys mira a Jon. Le dice al oído: Necesito un buen descanso. ¿Vamos? Se acercan a la ventana y se tiran. Hay una exclamación de asombro e incredulidad, pero el dragón los ha recogido en su lomo y va volando con ambos. Arya ve la sombra del dragón sobre ella mientras cabalga con rumbo desconocido.Se oye su voz en off que dice: Poniente, ¿qué hay más allá de Poniente?».

Gioconda Belli es escritora nicaragüense

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