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Las multinacionales presionan contra el Brexit duro

La naviera P&O registrará sus barcos en Chipre mientras Airbus se plantea fabricar fuera las alas de sus aviones

Las grandes empresas, y especialmente las multinacionales, han entrado de lleno en la batalla del Brexit. En los últimos días se han redoblado las advertencias sobre la catástrofe económica que significaría que Reino Unido abandonara la Unión Europea sin ningún acuerdo. Si en el pasado ya Vodafone, Visa, Nissan o Jaguar han advertido sobre los peligros de un Brexit duro, ahora han alzado la voz compañías del peso de Sony y Airbus, el simbolismo de Bentley o la naviera P&O, que cruza el canal de la Mancha para unir Inglaterra con el continente desde 1837.

La negativa del Parlamento británico a ratificar el acuerdo de diciembre entre Londres y Bruselas ha puesto nerviosas a las empresas. El acuerdo establece un periodo transitorio antes de que Reino Unido abandone el Mercado Interior y la Unión Aduanera. Y las empresas lo ven no solo como una forma suave de abandonar la UE en el corto plazo, sino un paso clave hacia mantener esa suavidad a largo plazo. Las empresas prefieren ese acuerdo que arriesgarse a una marcha no pactada.

La japonesa Sony confirmó días atrás que va a trasladar su cuartel general europeo de Londres a Amsterdam y la naviera P&O ha decidido registrar sus barcos en Chipre. Para los defensores del Brexit duro, esas decisiones son más simbólicas que reales. Pero mucho menos simbólicas son las amenazas del gigante aeronáutico europeo Airbus de dejar de fabricar en territorio británico las alas de sus aviones. Airbus emplea a 14.000 personas en Reino Unido.

Su consejero delegado, Tom Enders, calificó de “una vergüenza” la forma en que está negociando el Brexit el Gobierno británico, y advirtió: “Por supuesto no es posible trasladar de forma inmediata nuestras grandes factorías de Reino Unido a otro lugar. Sin embargo, la industria aeroespacial es un negocio a largo plazo y podríamos vernos obligados a desviar futuras inversiones en el caso de que hubiera un Brexit sin acuerdo. Y que nadie se engañe, hay un montón de países que estarían encantados de fabricar las alas para los aviones Airbus”.

También la británica Dyson, fundada y presidida por el muy activo defensor del Brexit sir James Dyson, ha anunciado también estos días el traslado de su sede a Singapur. La firma asegura que esa decisión no está relacionada con el Brexit pero se produce justo cuando Singapur y la UE acaban de firmar un acuerdo comercial del que Londres quedará excluido cuando deje de ser Estado miembro.

Las empresas británicas tienen pánico a la posibilidad de que Reino Unido acabe marchándose de la UE sin ningún acuerdo y tenga que regirse por las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC). Según un estudio publicado el año pasado por las consultoras Oliver Wyman y Clifford Chance, esa opción tendría un coste anual de 27.000 millones de libras (31.000 millones de euros) para los exportadores británicos y de 31.000 millones para el resto de la UE. Si Reino Unido mantuviera algún tipo de unión aduanera tras el Brexit, ese coste caería a 17.000 millones para las empresas británicas y 14.000 para las del resto de Europa.

Autoprotección

A diferencia de los políticos y gran parte de la opinión pública, las empresas ven en el acuerdo alcanzado por la primera ministra, Theresa May, las bases para asegurar que la economía británica seguirá dentro de la Unión Aduanera comunitaria por un periodo de entre cinco y diez años. Suficiente para adaptarse a la nueva situación.

En opinión de Stephen Booth, director de Políticas e Investigación de Open Europe (un centro de estudios moderadamente euroescéptico pero formalmente neutral acerca del Brexit), las grandes compañías manufactureras “saben que a la larga Reino Unido puede no estar en la unión aduanera, pero eso no sería un gran problema si se hace con cuidado y se toman medidas para evitar grandes perturbaciones”. “Creo que, si hay un acuerdo, se puede hacer así si las dos partes tienen voluntad de hacerlo. Lo que realmente les preocupa es que no haya acuerdo y eso provoque una grave alteración y ruptura del mercado interior y de la unión aduanera, para la que no ha habido una planificación”, añade.

Según la organización que agrupa a las Cámaras de Comercio Británicas, desde que el Parlamento rechazó hace dos semanas el acuerdo pactado por May con Bruselas, se ha registrado un fuerte aumento de las medidas que toman las compañías para protegerse a sí mismas de las consecuencias de un Brexit sin acuerdo. Medidas que van desde acumular existencias a activar planes para trasladarse fuera de Reino Unido.

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