El texto rechazaría tanto el actual acuerdo como abandonar la UE sin ningún acuerdo
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En el último minuto, la salvación de Theresa May y de su Gobierno puede llegar de la persona más inesperada. Hillary Benn, hijo del legendario líder laborista Tony Benn, exministro en los Gobiernos de Tony Blair y Gordon Brown, actual portavoz de Exteriores del principal partido de la oposición y presidente del comité parlamentario del Brexit, puede haber dado con el modo de desenredar el nudo gordiano del Brexit. Al menos, para evitar que el desenlace sea una catástrofe.
Benn ha presentado una enmienda parlamentaria -una de las seis que el presidente de la Cámara de los Comunes ha aceptado y que serán debatidas este martes antes del propio acuerdo del Brexit- que comienza a recabar apoyos de distintos frentes del espectro político. Básicamente, la moción rechaza como inaceptable el plan pactado con la UE pero rechaza igualmente la posibilidad de que Reino Unido pueda abandonar las instituciones europeas a las bravas, sin ningún tipo de acuerdo.Y lo que es más importante, concede al Parlamento voz y voto en las posibles negociaciones futuras.
«Si descartamos de una vez por todas la posibilidad de abandonar la UE sin acuerdo haremos algo importante para el futuro de este país, porque de otro modo solo vamos a prolongar la incertidumbre. Y no creo que haya una mayoría en la Cámara de los Comunes a favor de retirarnos con un Brexit duro», ha explicado Benn a SKY News.
La opción de Benn permitiría a May evitar que su propia moción fuera votada y cosechar una derrota estrepitosa. Podría acudir a Bruselas el próximo jueves con un mandato preciso del Parlamento para exigir cambios en el acuerdo. A la vez, el grupo de casi 100 diputados conservadores moderados que rechazaban el acuerdo alcanzado con la UE pero no se sentían cómodos con el siguiente salto al vacío que hubiera supuesto aplastarlo en el Parlamento, dispondrían de una salida honrosa. El Partido Laborista ya ha dado señales de estar dispuesto a respaldar la moción de Benn, así como el Partido Nacionalista Escocés (SNP) y un número creciente de diputados conservadores.
De momento, el Gobierno de May mantiene oficialmente su propósito de seguir adelante con la votación del martes. Pero en las últimas horas, la primera ministra ha hablado con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y con el primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar -su posición es fundamental para suavizar la postura negociadora de la UE- en busca de señales que le den espacio de maniobra.
Los euroescépticos huelen la derrota de May y ya no tienen reparo en airear su voluntad de reemplazarla. Boris Johnson, el exministro de Exteriores, plasmaba en detalle este mismo lunes en su columna semanal en The Daily Telegraph sus planes para renegociar el Brexit con Bruselas.
La decisión del Tribunal Europeo de Justicia de permitir que Reino Unido pueda revocar unilateralmente el artículo 50, el texto invocado por May para iniciar el proceso de salida de la UE, se ha convertido en un nuevo y determinante factor político en estas horas de urgencia. Los partidarios de un segundo referéndum, cada vez en mayor número, ven así abiertas las puertas para iniciar un proceso de reversión de todo este enredo. Pero incluso los partidarios de seguir adelante con el Brexit barajan la posibilidad de llevar a la ciudadanía una consulta que descartara la permanencia en la UE pero permitiera pronunciarse sobre el acuerdo pactado por May o ningún tipo de acuerdo.
El Gobierno de May ya se ha pronunciado sobre esta sentencia a través de su ministro de Exteriores. Jeremy Hunt ha dicho a SKY News que la decisión de la justicia europea «es irrelevante, porque la gente que votó a favor del Brexit en 2016 se mostraría irritada y furiosa ante la decisión de echarse para atrás, y no es intención del Gobierno decidir algo así».
Fe de errores
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