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Javier del Pino: “Todavía estoy esperando escuchar un buen informativo”

El programa que conduce, ‘A vivir que son dos días’, reúne los fines de semana a dos millones de oyentes en la cadena SER

Sentado en el mayor estudio de la cadena SER, con su clásica camisa oscura, los auriculares puestos y una chuleta del tema a tratar, Javier del Pino (Madrid, 55 años) dirige desde el micrófono los pasos de uno de sus colaboradores, David Broncano, que está ocho pisos más abajo en la Gran Vía de Madrid dispuesto a lanzar preguntas a los transeúntes. Es viernes y están grabando la sección del humorista en A vivir que son dos días. El tema a tratar es la merienda, quién sigue haciéndola y quién no, qué es mejor comer y qué no, pero la conversación deriva en bromas sobre indios y elefantes y termina, con Broncano ya de vuelta en el estudio, en una enumeración de las virtudes del kiwi. Todo esto es parte de lo que los dos millones de oyentes que tiene A vivir que son dos días escucharán el domingo sobre las 11 en el programa más seguido de toda la radio española los fines de semana.

Del Pino lleva siete años al frente del espacio los sábados y los domingos por la mañana (de 08.00 a 12.00) en la SER y ha logrado fidelizar a una audiencia (1.922.000 los sábados y 2.033.000 los domingos, según la última oleada de la Encuesta General de Medios) que desde el principio de su llegada de Washington, donde era corresponsal, entendió que le estaban ofreciendo un magacín diferente con una mezcla de entretenimiento, información, reportajes y muchos colaboradores. Un formato tan poco encorsetado como parece ser él. «¿Podemos hacer fotos que no salga posando? Que se me vea hablando o grabando», pide a la fotógrafa al llegar. Una naturalidad que quiere ofrecer a sus oyentes. «Me beneficio del mérito de otros. En España se ha creado una cultura de escuchar la radio los fines de semana que no es comparable a la de ningún otro país, tengo una enorme ventaja frente a los datos de audiencia lunes a viernes, y es que la gente sábados y domingos está muy a favor de escuchar cualquier cosa que no le recuerde todo lo que tiene que vivir de lunes a viernes», cuenta justo antes de grabar la sección de Broncano.

El momento del programa en audiencia es excelente, pero el periodista cree que la situación actual de la radio en España debe de mejorar. Mucho. «No creo que estemos bien, hay muy buenos y muy malos programas de radio. En esta misma emisora hay programas que me huelen a naftalina todavía, lo que pasa es que las cosas evolucionan lentamente, hay que cambiarlas poco a poco, pero sí creo que hay que entender que ya no somos retransmisores de la información, somos más bien narradores de un contexto», apunta. «Históricamente en la radio en España, de las tres cosas que se nos exigen a los que tenemos el privilegio de hablar para millones de personas, que son formar, informar y entretener, siempre hemos hecho muy bien lo de enmedio, los informativos son la espina dorsal de la radio, aunque ahora tengo mis dudas si son los informativos o son los deporte. Pero no hemos formado bien y no hemos entretenido bien. Por formado no quiero decir adoctrinar, quiero decir dar elementos de juicio al oyente para que él saque sus conclusiones sobre los elementos de la política, por ejemplo. Hemos hecho muy mal el entretenimiento, y a mí me parece que el humor es el mejor elemento para transmitir la verdad».

El remozado estudio, iluminado con líneas blancas y azules y repleto de grandes pantallas de televisión, se llena cada fin de semana de colaboradores como José Martí, Juan Tallón, Llum Barrera, Cristina Pardo, Manuel Burque, James Rhodes o Juanjo Millás, entre muchos. «Es verdad que la gente ha cogido cariño a muchas de las personas que salen en el programa y lo ha convertido en una especie de reunión dominical con ellos», comenta el periodista. El día de esta entrevista todo está más tranquilo. Alrededor de un 20% del programa se graba con anterioridad, como es el caso de Broncano. «Lo mejor que ha sabido hacer el programa es captar talento. Mi virtud es reconocer mi propia mediocridad y ver el talento de los demás. Me he ido rodeando de gente a la que admiro muchísimo. El programa se ha ido convirtiendo en la suma de pequeños grandes talentos».

Broncano termina de grabar y se va con prisa pidiendo disculpas por no poder quedarse más, pero se detiene un momento para recordar qué pensó cuando hace siete años, y todavía no era conocido, le ofrecieron colaborar en el programa de Del Pino. «Pensé que me iban a joder el ranking de tenis, porque los domingos por la mañana era el rato que tenía para jugar, y así fue», comenta. Aunque al tenis sigue jugando, con Del Pino muchas veces, formando una relación que ha influido en el programa. «Mi trabajo en el programa ha evolucionado por pura relación entre Javier y yo de conocernos más y ser más amigos. Hay más naturalidad, más calma y todo fluye más fácil», dice el cómico antes de marcharse, no sin cerrar una posible cita tenística con su jefe para el fin de semana.

El equipo de A vivir, formado por una docena de personas, trabaja a lo largo de la semana en los temas, algunos incluso a largo plazo, durantes meses. «Como oyente de radio de lunes a viernes, echo mucho en falta la creación de contenidos propios. La radio ha empezado a retransmitir la política del mismo modo que retransmite el fútbol», comenta Del Pino. «Yo tengo una obsesión enfermiza por tener contenidos propios, que es lo que nos da ese pequeño margen de virtud. También, el auge de los podcast ha demostrado que el directo en la radio está sobrevalorado. La gente quiere escuchar cosas bien preparadas y cosas que en el fondo te cuenten la realidad a través de pequeñas historias». «Hay una manera de entender la radio contra la que sigo luchando. Hay gente que entiende que es un medio en el que tienes que situarte por encima de la inteligencia del oyente, y yo creo que es justo lo contrario, tienes que asumir que el oyente es mucho más inteligente que tú», comenta Del Pino.

Los compañeros de SER Deportivos esperan en la sala de control a que el estudio se quede libre para preparar su programa. La radio no para. ¿Cuál es su futuro? «Va hacia donde van los podcast, hacia unos formatos que la gente escucha con más atención de lo que escucha algunas de las cosas que hacemos en directo», dice. También cree que el ámbito por el que tiene verdadera pasión, la información, necesita un vuelco: «Hace 25 años que no se renuevan los formatos informativos en la radio española. Hacer un informativo es muy sencillo si lo haces mal, y es muy complicado si lo haces bien y yo todavía estoy esperando escuchar un buen informativo. Tiene que contarte los efectos de la política, no las acciones de los políticos y eso no lo encuentro en ningún sitio», finaliza.

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