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“Dumbo’ es como mi relación con Disney: el rarito salva el día”

Tim Burton dirige la versión con actores de carne y hueso del clásico del elefante volador, con la que vuelve al estudio de Hollywood en el que empezó su carrera

A Tim Burton no le gusta el circo: “El tema circense no me atrae lo más mínimo. Ahora bien, la gente tan rara que aglutina esa carpa a modo de familia me vuelve loco”, comenta. Pues para repelerle el tema ya son tres las películas de su filmografía que transcurren en ese mundo: Batman vuelve (1992), Big Fish (2003) y ahora Dumbo, la nueva interpretación del elefante volador que en 1941 sacó a los estudios Disney de la crisis económica en la que les había dejado Fantasía. A cambio, es cierto que en la carrera de Burton (Burbank, California, 60 años) se multilplican los personajes que no encajan en el mundo, desde Eduardo Manostijeras (1990) a Ed Wood (1994), Bitelchús (1988), su versión de Alicia (2010)… Como él. O como Dumbo. “Es de las películas de Disney que me gustaban, no como Mary Poppins que me aterrorizaba”, argumenta hablando de los clásicos que los estudios Disney están desempolvando con nuevas versiones para los millennials. “Está protagonizada por un personaje del que todos se ríen a pesar de que lo que le hace diferente es precisamente lo que le hace encantador. Dumbo es la historia de alguien que busca su lugar en el mundo que le ha tocado vivir. Hay algo maravilloso en ver a un elefante volar, en hacer lo imposible, posible. Es el símbolo de muchas cosas”, explica.

Burton siempre ha sido un maestro en este terreno. Nada le parece imposible. Desde niño le encantaba convencer a compañeros del colegio de cosas tan irreales como que su hermano se había desintegrado en una piscina, como demostraban sus ropas vacías flotando en el agua. “También fingí una invasión alienígena. Y me creían”, se asombra todavía de los recuerdos infantiles en los que se regodea. Con los años las cosas fueron más difíciles. “Se me han caído un par de proyectos con los que estaba ilusionado así que mi nuevo mantra es no hablar de mi próximo filme hasta que no estoy rodando”, asegura cauto.

Dumbo podía no haber existido; sin entrar en detalles es posible sentir que su relación con los estudios Disney, productores de la película, sigue siendo, como siempre, ambivalente. Criado en la trasera del hogar de Mickey Mouse, Burton estudió animación en CalArts junto a John Lasseter, John Musker, Brad Bird o Henry Selick, entre otros muchos de los talentos animados que salieron entonces de esa universidad. Sin embargo, el estilo de Burton nunca se ajustó al del ratón y sus cortometrajes Vincent y Frankenweenie, financiados por Disney, no encontrarían distribución hasta muchos años más tarde por raritos, la misma razón por la que le echaron del estudio. La relación no mejoró cuando produjo para Disney Pesadilla antes de Navidad, fuente perenne de ingresos para el universo Disney de la que Burton nunca quedó satisfecho con su (poco) reconocimiento, razón por la que se opone a una segunda parte. Como Dumbo muestra en su trama, el pez grande siempre está dispuesto a comerse al chico. “Sí, yo también me he dado cuenta de que la historia de Dumbo es como mi relación con Disney. Es el rarito quien salva el día”, dice con una cierta ironía.

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No es solo Disney. Le pasa con todos los estudios para los que ha trabajado. Sus visión de Batman quedó eclipsada durante años por la versión más cerebral y retorcida que construyó Christopher Nolan. Solo ahora, pasadas tres décadas, la serie Gotham hace referencias al Batman de Burton. “Me lo tomo como un halago y es muy agradable. A veces tarda tiempo pero sienta muy bien que te reconozcan”, acepta sin rubor.

Reconocido o no, Burton no sabe hacer otra cosa que lo que hace. “No hago películas de héroes porque no les entiendo”, afirma. El éxito de Dumbo no está asegurado. La crítica estadounidense está dividida ante su último trabajo y el público parece mucho más interesado en los otros dos remakes de clásicos animados en imagen real que Disney estrenará este año: Aladdin y El rey león. El público que ahora va al cine se crio con estos largometrajes y no con la historia de un elefante capaz de desafiar las leyes de la gravedad. Fiel a su credo, Burton no quiere hablar de su próximo proyecto, Bitelchús 2, aunque ya ha sido anunciado. Como Alan Parker solía decir: “A lo largo de la carrera, un director hace veinte versiones de la misma película”. Burton sonríe. No es la primera vez que escucha el comentario. “No creo que sea cierto. Aunque somos quienes somos y miramos la vida desde un determinado prisma.  Así que todo lo que hago tiene un aire Burton, y da igual el tamaño de la película. Desafortunadamente me siguen atrayendo las mismas cosas de siempre”.

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