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Cinco personajes clave para entender lo que sucede en Argelia

Las protestas contra el octogenario presidente Buteflika y su candidatura a un quinto mandato colocan al régimen ante una situación inédita

Las protestas masivas del viernes pasado en Argelia contra la candidatura a un quinto mandato presidencial del octogenario Abdelaziz Buteflika han generado una situación sin precedentes. El país del Magreb que más invierte en armas militares y al que España compra casi el 60% del gas que consume, atraviesa ahora sus días de mayor movilización desde la llegada al poder de Buteflika en 1999.

El viernes salieron a la calle decenas de miles de personas en varias ciudades. El domingo fue reprimida una manifestación en Argel. Para este martes hay convocada varias protestas de estudiantes y el próximo viernes también están previstas otras. Todas ellas, en contra de la candidatura de Buteflika a las presidenciales del próximo 18 de abril.

He aquí cinco personajes clave para seguir las movilizaciones en Argelia.

Abdelaziz Buteflika, el ‘padre’ enfermo de la patria

El presidente Abdelaziz Buteflika nació en 1937 en la ciudad marroquí de Uchda, a cinco kilómetros de la frontera con Argelia. Cuando comenzó la guerra de la independencia (1954-1962) tenía 17 años. En 1956, con 19 años, cruzó la frontera desde Marruecos para unirse al Frente de Liberación Nacional (FLN). Al terminar el conflicto, con solo 25 años, fue nombrado ministro de Juventud, Deportes y Turismo. Y con 26, de Exteriores.

El país sufrió una guerra civil en la década de los 90 y Buteflika fue el hombre elegido por los militares para instaurar la paz en el país. Se presentó a sus primeras presidenciales en 1999 y desde entonces no ha abandonado el poder. Superó la primavera árabe de 2011 sin que los jóvenes salieran a la calle. Para ello, concedió millones de créditos a fondo perdido, aprovechando el viento a favor de los precios altos del petróleo. El país aún tenía -y tal vez tiene- muy anclado en la memoria los horrores de la guerra civil.

En 2013 sufrió un infarto cerebral y desde entonces solo se le ve en contadas ocasiones y siempre en silla de ruedas. La última vez que habló en público fue hace siete años. En la campaña electoral de las últimas presidenciales, en 2014, no se desplazó ni a un solo mitin. El 10 de febrero presentó mediante una carta su candidatura para un quinto mandato.

Said Buteflika, el poder en la sombra

El cántico “El pueblo no quiere ni a Buteflika ni a Said”, es uno de los que más se oyen en las manifestaciones de estos días contra el quinto mandato. Said Buteflika, de 61 años, es el hermano menor del presidente. Jamás ha concedido una entrevista y se deja ver en público en muy pocas ocasiones. Su cargo es el de consejero presidencial, pero el decreto por el que fue nombrado nunca se publicó.

Said es el menor de los nueve hermanos Buteflika. Quedó huérfano de padre con un año y Abdelaziz, el de más edad y 20 años mayor que él, ejerció de figura paterna. Estudió informática en Argelia y se doctoró en París. Antes de asumir más poderes se ocupaba de la red informática de Mouradia, el palacio presidencial.

Para muchos argelinos es él quien ejerce el verdadero poder en la sombra; sobre todo, desde que el presidente fue operado en 2005 a causa de una úlcera sangrante y sufrió un infarto cerebral en 2013. No obstante, sobre este asunto nada se puede afirmar con verdadero conocimiento. Hay expertos que aseguran que por mucho poder que tenga Said y muy debilitado que se encuentre Abdelaziz Buteflika, en realidad Said siempre tendrá que contar con los militares en las tomas de decisiones importantes.

Rachid Nekkaz, el millonario franco argelino que seduce a los jóvenes

En Argelia, un país con un 45% de menores de 25 años, el millonario Rachid Nekkaz se ha convertido en un ídolo para miles de jóvenes. Nekkaz nació en las afueras de París hace 47 años, hijo de inmigrantes argelinos analfabetos y rodeado de 11 hermanos. Estudió Historia y Filosofía en la Sorbona; a principios de los 90 fundó una pequeña empresa de Internet que vendió diez años después. Con el dinero conseguido inició su carrera de inversor inmobiliario y al mismo tiempo impulsó su carrera política al crear Touche pas à ma Constitution (no toques mi Constitución). Esta fundación tiene por objeto pagar las multas y defender legalmente a las mujeres que visten en Francia con niqab y burka, donde está prohibido desde 2011 usar prendas que oculten el rostro en lugares públicos.

Nekkaz ya se presentó a las presidenciales de 2014 en Argelia. Pero en aquella ocasión no logró presentar las 60.000 firmas necesarias. Esta vez, sin embargo, está moviendo multitudes a todas las ciudades que va. Y su arma son las redes sociales.

Ahora bien: si Nekkaz logra presentar 60.000 firmas ante el Consejo Constitucional, se topará contra un muro insalvable: todos los candidatos deben justificar una residencia permanente exclusiva en Argelia de al menos 10 años antes de presentar la candidatura. “Hace falta ser un bufón para ignorar esta exigencia”, aventuraba la semana pasada el diario El Watan, “o bien, ser muy inteligente para usar esta oportunidad y apuntar hacia otros objetivos”. Y el objetivo podría ser, según el diario, “construir una base popular a la espera de que un día se suprima esa exigencia”.

Ahmed Ouyahia, la cara más impopular del régimen

Ahmed Ouyahia, de 67 años, es primer ministro desde 2017 y secretario general de Reagrupación Nacional para la Democracia (RND), uno de los aliados del Frente de Liberación Nacional (FLN) en el Gobierno. Ya fue primer ministro con Buteflika durante diez años (1995-1998, 2003-2006, 2008-2012). Ya en 2012, los partidos de la oposición pidieron que Ouyahia fuese destituido porque consideraban que con él no estaban garantizadas unas elecciones parlamentarias libres y justas.

El pasado 2 de febrero, una semana antes de que Buteflika presentara su candidatura, Ouyahia encendió los ánimos de quienes se oponen al quinto mandato cuando declaró: “El Estado ya ha probado en el pasado que puede controlar las calles. (…) Hemos hecho comprender al grupo que recorre el país pidiendo el boicot (en referencia al movimiento Mouwatana), que pueden pedir salas. Pero no sacarán a la gente a la calle. Les impediremos que controlen la calle y que nos creen la anarquía”.

Finalmente, Ahmed Ouyahia tuvo que declarar este lunes: “Un número importante de ciudadanos salieron a la calle en varias ciudades del país el pasado viernes. (…)” Pero advertía que las convocatorias emanan de “partidos anónimos” y que esta vez tenían un carácter pacífico pero en el futuro podían ser diferentes.

Ahmed Gaid Salah, el jefe del Ejército, con el que siempre hay que contar

El Ejército, junto con la presidencia y los servicios secretos forman los tres clanes más poderosos del país. La relación entre esos tres poderes siempre fue tensa, especialmente entre el Ejército y el Departamento de Inteligencia y Seguridad (DRS, en sus siglas en francés). Gaid Salah, como jefe supremo del Ejército, tenía un gran enemigo que era el general Mohamed Mediene, alias Toufik, el jefe del DRS. A Toufik se le conocía también como el Dios de Argelia y el Hacedor de Reyes. Pero en 2015 fue destituido y ahora ni Buteflika ni Gaid Salah tienen ningún enemigo de esa talla.

Gaid Salad tiene 79 años, es jefe del Estado Mayor desde hace 15 años y viceministro de Defensa desde 2013. Cuando Buteflika sufrió un infarto cerebral en 2013 y había quienes se oponían a que optase a un cuarto mandato, Gaid Salah mostró su apoyo a Buteflika. Desde que surgieron hace varios meses las primeras voces contra el quinto mandato del presidente, Gaid Salad ha multiplicado su presencia en los medios con un mensaje hacia los “enemigos del interior y del exterior”, esos “ingratos” capaces de “vender la seguridad y estabilidad del país”. Su apoyo al candidato Buteflika parece inquebrantable. Hasta ahora.

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